Para que dos personas se amen realmente, realmente se comprometan, tiene que ser un acto de voluntad, una decisión, y esas dos personas tienen que vivir esa decisión todos los días, incluso cuando hay problemas y te apetezca rendirte. Hay que aferrarse a esa decisión, a esa elección de amarse aunque llegue el día que solo dependa de un hilo.
Te quiero.
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